El calor aprieta y muchas familias regresan a sus pueblos en vacaciones. Pequeñas localidades en toda España ven cómo su población se triplica durante los meses de verano.
Si viajamos a Santa María del Berrocal en pleno invierno, veremos sus calles prácticamente desiertas, pero en verano, la situación cambia. Este pueblo de Ávila, con apenas 500 habitantes, ve triplicada su población. Muchas familias escapan de la ciudad y el calor para encontrar descanso en el pueblo.
Aquellos que un día se fueron a la ciudad en busca de trabajo, ahora vuelven por vacaciones. Esto impulsa la economía de los pueblos, pero también requiere que refuercen sus servicios municipales y hagan un esfuerzo para mantener entretenidos a los más jóvenes. Aunque no se promociona en las agencias de viajes, el pueblo sigue siendo el destino vacacional de toda la vida.